Autenticidad y relajación en estado puro: ¡alojarse en esta villa es un regalo para uno mismo!
En esta finca ibicenca, perfecta para alojar hasta 6 personas, se respira un ambiente único: los auténticos aromas y colores de la naturaleza se combinan para crear un entorno natural y a la vez mágico.
La villa, construida sobre una superficie de 160 metros cuadrados y rodeada de 1.200 metros cuadrados de terreno, está equipada con todas las comodidades modernas para que tu estancia sea perfecta, sin renunciar a su encanto rústico. El exterior, dominado por la vegetación y la piedra, da acceso a varias zonas chill-out que la villa ofrece a sus huéspedes. Podrás disfrutar de los maravillosos días de verano junto a la piscina, disfrutar de un delicioso aperitivo en los sofás a la sombra y organizar un delicioso almuerzo con productos locales en el comedor exterior a la sombra del porche.
El interior de la villa se caracteriza por todos los elementos arquitectónicos típicos de las estructuras locales: piedra, terracota, vigas de madera y colores cálidos. Todo está bien cuidado y cada rincón parece contar una historia.
La zona de estar transmite una sensación de convivencia y familiaridad: los sofás blancos frente a la chimenea están colocados junto a la mesa de comedor; los grandes ventanales ofrecen una fabulosa vista de la piscina y dejan entrar la viva luz del sol. En esta gran sala diáfana se encuentra también la cocina, mínima y funcional, equipada con todo lo necesario para disfrutar al máximo.
La casa está dispuesta en una sola planta: de la zona de estar abierta se pasa a la zona de dormir. Hay 3 dormitorios dobles y 2 baños, uno de ellos en suite.
Todas las habitaciones están bien iluminadas y son cómodas; el dormitorio principal con baño en suite también tiene acceso directo a la zona exterior.
